
La mosca doméstica (Musca domestica) es una plaga omnipresente y bien adaptada al entorno humano, con una distribución global que la convierte en un desafío constante para las explotaciones avícolas.
Su capacidad de adaptación a distintas condiciones ambientales, su alta tasa reproductiva y su gran movilidad contribuyen a mantener poblaciones elevadas, especialmente en sistemas intensivos de producción animal.
Además de las implicaciones sanitarias, la presencia de moscas genera estrés tanto en los animales como en las personas, afectando negativamente la productividad y la imagen sanitaria de la explotación.
EL ESTIÉRCOL: HÁBITAT ESENCIAL PARA LA REPRODUCCIÓN DE MOSCAS
En el contexto de las granjas avícolas, la humedad y acumulación del estiércol se convierten en factores determinantes para la proliferación de la mosca doméstica.
Este material constituye un sustrato óptimo para la oviposición y el desarrollo larvario.

De hecho, se estima que el 85% de la población de moscas se encuentra en estado inmaduro (huevo, larva o pupa) en el estiércol, mientras que solo el 15% corresponde a moscas adultas.
Este dato resalta la importancia de centrar los esfuerzos de control en la fase larvaria, en lugar de limitarse al tratamiento de adultos con insecticidas, estrategia que resulta insuficiente y poco sostenible.
ESTRATEGIAS DE MANEJO DEL ESTIÉRCOL: DOS ENFOQUES COMPLEMENTARIOS
La literatura técnica destaca dos grandes estrategias para el manejo del estiércol como herramienta de control de la mosca doméstica:
1. Eliminación frecuente y regular del estiércol
Este enfoque consiste en retirar el estiércol cada 1-2 días mediante sistemas mecánicos (raspadores automáticos, cintas transportadoras) o limpieza manual.
Beneficios principales:
Se elimina el sustrato reproductivo antes de que las larvas puedan completar su ciclo.
Disminuye la presión de plaga dentro de la nave.
Puntos críticos a considerar:
El estiércol retirado debe gestionarse adecuadamente fuera de la explotación. Si se esparce en el campo, debe hacerse en capas finas y homogéneas para evitar que queden acumulaciones húmedas que actúen como nuevos focos de cría.
La adición de agua para facilitar su dispersión puede generar olores y lixiviados contaminantes, por lo que debe controlarse cuidadosamente.
2. Acumulación controlada y manejo pasivo del estiércol
En sistemas donde el estiércol se acumula bajo las jaulas durante largos periodos (6-1️2 meses), la clave está en garantizar que permanezca seco y compactado.
Beneficios principales:
La compactación y sequedad dificultan la penetración y desarrollo de las larvas.
Se favorece el desarrollo de fauna entomófaga (depredadores y parasitoides naturales) que ayudan a controlar biológicamente las poblaciones de mosca.
Puntos críticos a considerar:
Es fundamental proteger el estiércol de la entrada de agua (lluvia, fugas de bebederos, desagües).
La aireación adecuada es esencial para evitar acumulación de humedad.
¿QUÉ OPCIÓN ES MEJOR?
Ambos enfoques tienen ventajas y limitaciones, y su elección dependerá de las características de la explotación:
Un programa integrado de manejo puede combinar ambas estrategias, adaptándose a las fases productivas, estacionalidad y capacidad logística de la granja.

ERRORES FRECUENTES EN LA GESTIÓN DEL ESTIÉRCOL
A pesar de su importancia, muchos programas de control de moscas fracasan por una gestión errática y sin planificación del estiércol. Entre los errores más comunes destacan:
Retirar el estiércol de forma irregular o insuficiente.
Acumular estiércol sin compactación ni secado adecuado.
No corregir fugas de agua o bebederos defectuosos.
Esparcir estiércol fresco en proximidad a la granja sin cobertura ni tratamiento previo.
La clave está en mantener una rutina constante, coherente y bien ejecutada, supervisando las condiciones de humedad y detectando posibles focos de reproducción antes de que escalen. |
CONCLUSIÓN: MÁS ALLÁ DE LOS INSECTICIDASLa gestión del estiércol no solo contribuye al control de moscas, sino que impacta positivamente en la bioseguridad, la sanidad ambiental y la imagen de la granja. Si bien los insecticidas siguen teniendo un papel en estrategias integradas, no sustituyen la importancia de eliminar o transformar el hábitat de cría. Un programa eficaz debe:
Integrar barreras físicas y biológicas complementarias. Implementar estas prácticas permite romper el ciclo de vida de la mosca doméstica, reduciendo su presencia de manera sostenible y protegiendo la productividad y bienestar de las explotaciones avícolas. |
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