El nuevo Coronavirus (SARS-CoV-2), agente causal de la enfermedad COVID-19 (por sus siglas en inglés, Coronavirus Disease 19), ha puesto en jaque al sistema sanitario y económico global.
Si bien, el 80% de los casos de infección cursan con síntomas leves como fiebre, tos y dificultad para respirar, en muchos casos da lugar a un cuadro grave de neumonía con una elevada tasa de mortalidad, especialmente en los grupos de personas más vulnerables (de edad avanzada, inmunodeprimidos o con enfermedades concomitantes).
Ante este escenario, el distanciamiento social y extremar las medidas de higiene y desinfección en todos los ámbitos de la vida diaria se han convertido en las premisas por las que debemos regirnos todos para protegernos a nosotros mismos y a los demás de los contagios.
CONOCE A TU ENEMIGO
En cualquier escenario de guerra, es fundamental conocer en profundidad al enemigo, con sus fortalezas y vulnerabilidades, para poder diseñar la estrategia más eficaz para salir victorioso.
¿CÓMO SE TRANSMITE?
En este caso, el enemigo cuenta con la ventaja de ser invisible al ojo humano, pudiendo transmitirse con facilidad de una persona infectada a otra sana a través de secreciones respiratorias (pequeñas gotas generadas con la tos o el estornudo capaces de transmitirse a distancias de hasta 2 m), infectando al nuevo hospedador a través de la boca, nariz o boca, ya sea directamente o por contacto con superficies contaminadas.
En lo que a la transmisión se refiere, la carga viral de los infectados es un factor determinante, habiéndose determinado que existe una relación directamente proporcional entre la gravedad de los síntomas, la carga viral y la capacidad de excreción del virus y duración de la misma:
Pacientes con sintomatología leve: el pico de la carga viral ocurre durante los primeros 5-6 días desde el inicio de los síntomas, desapareciendo a los 10 días.
Pacientes con sintomatología grave: la carga viral puede llegar a ser 60 veces mayor, con una excreción más duradera.
DEBEMOS RECORDAR: Una persona contagiada puede empezar a excretar el virus ANTES de mostrar síntomas (1-2 días antes) y hasta 5-6 días después, lo que favorece la propagación del virus.
¿CUÁL ES SU CAPACIDAD DE SUPERVIVENCIA EN EL AMBIENTE?
La capacidad de supervivencia del virus en el ambiente se relaciona con su composición estructural y las condiciones ambientales.
El SARS-CoV-2 pertenece al género Betacoronavirus de la familia Coronaviridae.
CONDICIONES AMBIENTALES
Si bien es cierto que el contagio directo entre personas es la principal vía de propagación del virus, el contagio a través de superficies contaminadas es un punto clave a tener en cuenta.
Son numerosos los estudios encaminados a dilucidar cuánto tiempo puede permanecer viable el SARS-CoV-2 en las superficies. Así, un estudio reciente (Doremalen et al., 2020), señala que el virus puede mantenerse viable (en condiciones experimentales a 21-23°C y humedad relativa del 65%):
- 72 horas en plásticos
- 48 horas en acero inoxidable
- 24 horas en cartón
- 4 horas en cobre
No obstante, es importante tener en cuenta otros factores que determinan la capacidad de contagio a través de las superficies, el tamaño de las gotas respiratorias portadoras del virus y la carga viral que termina quedando depositada.
No obstante, debemos considerar como puntos de contagio críticos:
Mobiliario urbano: contenedores de basura, fuentes, parques o bancos.
Mandos a distancia.
Máquinas expendedoras de bebidas y dispensadores de agua. Baños.
Barandillas.
Cestas y carrillos de la compra, zona de cajas y de autoservicio en supermercados.
En base a los conocimientos actuales sobre la transmisión del virus, la prevención de la infección con el SARS-CoV-2 se debe sustentar en 4 pilares fundamentales:
La ventaja de un buen ataque
DESINFECCIÓN EFICAZ
Minimizar la carga viral en el ambiente mediante la limpieza y desinfección regular está en manos de todos, pero se debe realizar atendiendo a las particularidades de cada lugar y siempre adoptando medidas de protección para evitar contagiarse.
Toda persona encargada de la limpieza y desinfección deberá tomar las medidas necesarias para protegerse, utilizando guantes desechables y mascarilla.
Debemos recordar la importancia de limpiar ANTES de desinfectar, ya que lograremos eliminar suciedad y materia orgánica que sirve de refugio y aumenta la supervivencia de los patógenos en el ambiente y pueden reducir la eficacia de los desinfectantes.
En el caso de los domicilios particulares, se recomienda ventilar las habitaciones diariamente durante al menos 5 minutos.
A la hora de limpiar y desinfectar, es importante protegerse con guantes desechables, procediendo primero a la limpieza con agua y jabón de las superficies de contacto frecuente.
Seguidamente, se procederá a la desinfección con un producto con actividad virucida: se recomienda utilizar un desinfectante doméstico que contenga lejía a una dilución 1:50 (2 partes de lejía y 98 partes de agua).
Una vez finalizado, se deben desechar los guantes y lavarse las manos con agua y jabón durante, al menos 1 minuto.
En el caso de las zonas comunes y urbanizaciones, se deberá aumentar la frecuencia de la limpieza y desinfección en función del tránsito de personas, prestando especial atención a las superficies como barandillas, pulsadores, pomos y manecillas de puertas, telefonillos, cajetines para el correo, etc.
SECTOR AGROALIMENTARIO
En el caso del sector agroalimentario, además de las medidas señaladas anteriormente, se deberán adoptar medidas adicionales para garantizar la seguridad de los trabajadores.
Se debe poner a disposición de los trabajadores pañuelos desechables y soluciones/toallitas alcohólicas para que puedan desinfectarse las manos regularmente, debiendo existir contenedores específicos cerrados, que puedan abrirse con el pie, para desechar estos materiales.
Se recomienda reforzar las medidas de bioseguridad de las instalaciones, restringiendo el acceso de vehículos y personas ajenas, incrementando la frecuencia de limpieza y desinfección de las zonas comunes y manteniendo una distancia de seguridad entre los trabajadores de 1,5-2 m.
Los vehículos son otro de los puntos a tener en cuenta por ser posibles focos de contaminación con el SARS-CoV-2. Por ello, en el caso de vehículos de transporte público, se recomienda:
Barrer y fregar los suelos.
Limpiar los techos y lámparas.
Aspirar las entradas, alfombras y zonas más transitadas.
Limpiar los conductos de calefacción y de aire acondicionado.
A la hora de cambiar de turno de conducción en el caso de camioneros y conductores de autobuses, es importante mantener la distancia de seguridad.
Antes de entrar en el vehículo, se debe proceder a la limpieza y desinfección de las superficies utilizadas por el anterior conductor. Para ello, se abrirá la puerta con unos guantes puestos y se procederá a limpiar con papel y agua clorada dispuesta en el lateral de la puerta:
- Los asideros
- Los controles de los asientos
- El volante y todos los mandos empleados durante la conducción
- El tacógrafo
Una vez finalizado, desinfectarse las manos con solución/toallitas alcohólicas y antes de realizar el cambio de conductor, airear la cabina.
Protegerse del Coronavirus y de cualquier patógeno que ponga en riesgo la salud humana y animal es responsabilidad de todos. Adoptando las medidas de distanciamiento social e higiene estaremos contribuyendo a disminuir la carga viral en el ambiente para frenar la curva de contagios, permitiendo así que nuestro sistema sanitario pueda hacer frente a uno de los mayores retos de la historia reciente.