Limpieza granjas

Para el control de las enfermedades en las explotaciones es fundamental implantar las medidas adecuadas de bioseguridad, pero estas necesitan tener como premisa para su eficacia que tengamos un alto nivel de limpieza previamente a la implantación del resto de medidas, pues de lo contrario nunca podremos conseguir que el resto de medidas sean realmente útiles.

La limpieza es una de las medidas que nunca se acaban, ya que es un proceso de aplicación continua y debe considerarse con una actitud y aptitud positivas siempre, pues de lo contrario se realizará de forma ineficaz.

La limpieza siempre tendrá como objetivo el preparar la instalación para las siguientes medidas de bioseguridad, y aunque parezca la menos importante, siempre serán los cimientos sobre los que construiremos posteriormente el resto de medidas. Siempre tendremos como factores complicantes el hecho de la presencia o no de animales en la explotación cuando se realiza, el tipo de producción animal, la instalación (jaulas, baterías, en suelo, parques exteriores, materiales), etc.

Otros de los objetivos de la limpieza y no menos importantes son:

  • Eliminar polvo, patógenos y endotoxinas del entorno
  • Detener el ciclo infeccioso de animal enfermo o portador a animal sano
  • Detener la transmisión de agentes infecciosos del lote anterior a través de contaminación de las instalaciones y equipos
  • Impedir la permanencia de agentes infecciosos en nichos biológicos presentes en las instalaciones, tales como tuberías de agua, comederos, paneles de humidificación
  • Y finalmente aprovechar para reparar el equipo deteriorado
 El programa de limpieza en una instalación ganadera debe programarse de forma rutinaria como un trabajo más a realizar con la frecuencia necesaria dependiendo del tipo de producción ganadera, el estado sanitario de los animales, riesgos del exterior y instalación, por lo que se recomienda realizar un planning y modificarlo según sea necesario en sintonía con el veterinario que visita la instalación.

Además debemos incluir en el protocolo de trabajo la lista de productos de limpieza, cómo limpiaremos y que limpiaremos. Evidentemente todos tenemos claro que la limpieza de baterías o jaulas, comederos, bebederos son importantes y deben hacerse con una periodicidad determinada que no tienen porque coincidir.
Pero hay que tener en cuenta la limpieza de la maquinaria y equipos que encontramos en las instalaciones -ventiladores, calefactores, paneles de humidificación, etc-. No es infrecuente encontrar agentes patógenos en coolings que han estado parados un cierto tiempo, y eso sin hablar del riesgo de presencia de bacterias como Legionella que no es ajeno al problema.

Aunque no siempre coincida con todas las situaciones, la transmisión de las enfermedades se realiza por el siguiente orden de importancia
           

  • Animales vivos
  • Secreciones orgánicas: estiércol, gallinaza, etc.
  • Cadáveres de animales
  • Insectos, ratas y ratones
  • Pájaros, perros, gatos y personas

Por tanto el protocolo de limpieza debe incluir todos los elementos susceptibles de riesgo sanitario, tanto externos como internos de la explotación ganadera, y se debe anotar en la planificación la frecuencia de cada una de ellas:

  • Equipos y instalaciones.
  • Comederos, bebederos, carros de reparto o recogida, utillaje de la nave.
  • Depósitos de agua, silos, almacén, aseos, instalaciones anexas.
  • Contenedores de cadáveres, accesos, vados, zona perimetral.
Uno de los problemas que a menudo aparecen es la importancia que se da a la limpieza, y por ese motivo la persona que lo realiza no siempre es la misma y a menudo no entiende por que lo hace. La formación del operario que la realiza es importante y por eso un protocolo de trabajo ameno y fácil de comprender tiene importancia cuando al último que entra a trabajar se le encarga esta faena sin muchas más implicaciones. Aunque parece incomprensible, si nadie ha tenido la perspicacia de explicar como limpiar sin ensuciar lo limpio, acaba pasando precisamente eso, con mucha más frecuencia de lo que se piensa. Es lo mismo que limpiar comederos sin sacar el pienso, otra de las situaciones que aparecen en ocasiones y la respuesta siempre es la misma: !a mi no me lo dijeron!.

La limpieza siempre debe realizarse en orden para conseguir la óptima eficacia comenzando con la limpieza previa, remojo con agua, lavado con agua y secado. Los detergentes se utilizarán dependiendo de los condicionantes ya sea en el remojo o en el lavado con agua.

La limpieza previa comprende la retirada de toda la suciedad basta, como es

  • la gallinaza, basura o estiércol
  • quemar pelo, plumas y telarañas 
  • quitar polvo, suciedades paredes
  •   retirar pienso de los comederos, vaciar agua de tuberías y bebederos

El remojo con agua, que a menudo se realiza con detergentes o enzimas, empezará a trabajar con los restos más finos de suciedad disolviéndolos si se deja que trabajen durante un periodo corto de tiempo y posteriormente con el lavado a presión se limpiará a fondo todas las superficies.

Una vez se ha secado es cuando se puede proceder a la desinfección con amplias garantías de eficacia. En determinadas condiciones se aconseja acelerar el secado mediante la calefacción para evitar el crecimiento de bacterias en los estos de humedad que permanecen en la instalación.

Cuando el tipo de producción implica la presencia de parques exteriores, los problemas aumentan para realizar una correcta limpieza, por lo que se aconseja ir renovando periódicamente parte del suelo y tratar con cal el nuevo suelo.