El agua es un nutriente fundamental en la alimentación de los animales, ya que tiene una incidencia directa en los ciclos biológicos y es determinante para mantener unas constantes fisiológicas y productivas adecuadas.
Basta con considerar que el agua es el componente mayoritario del organismo de los animales (entre el 50-90% en función de la edad) para entender su enorme importancia.
El agua como elemento indispensable para la vida, es uno de los parámetros más influyentes a la hora de determinar la calidad de una explotación ganadera.
Es fundamental que las explotaciones cuenten con un sistema de abastecimiento adecuado, limpio y desinfectado, que garantice la no contaminación de las aguas (D. W. Schaffner, 2016).
Así, el tratamiento del agua constituye un punto clave de la bioseguridad en de las explotaciones ganaderas.
El agua de las explotaciones ganaderas puede tener diferentes orígenes: pozos, red pública, etc., pero generalmente es almacenada en tanques que abastecen la granja.
Dentro del amplio abanico de productos para el tratamiento del agua, destaca la enorme utilidad del dióxido de cloro.
DIÓXIDO DE CLORO Y SU UTILIDAD EN EL TRATAMIENTO DE AGUA

El dióxido de cloro (ClO2) es un gas verde amarillento, muy soluble en agua, que actúa como un potente biocida oxidante selectivo.
Esto permite una menor dosificación para lograr un residual estable.
La gran capacidad microbiocida del dióxido de cloro lo convierte en un producto desinfectante de amplio espectro frente a bacterias, virus, hongos e incluso esporas y ooquistes.
BACTERIAS
Debido a su mecanismo de acción, actuando rápidamente frente a los principales mecanismos de supervivencia de las bacterias, éstas no son capaces de desarrollar resistencias frente a esta molécula (Zoltán Noszticzius y col, 2013).
VIRUS
Actúa sobre los virus mediante adsorción y penetración de la capa proteica de la cápside viral, reaccionando con su material genético dañando su capacidad de replicación.
EFICACIA 
Los biofilm son comunidades complejas de agentes microbianos, asociados a una superficie viva o inerte (como suelos, utillaje en explotaciones ganaderas, o equipos en mataderos y plantas de procesado), que excretan una matriz extracelular protectora y adhesiva, llamada glicocalix (Hall-Stoodley, L y col, 2002).
Habitualmente estas comunidades microbianas están formadas por diferentes especies de bacterias que interactúan entre ellas y con el medio ambiente en el que se encuentran.
Es importante recalcar la gran eficacia del dióxido de cloro para la eliminación del biofilm en las conducciones.
La matriz que engloba al biofilm está formada por polisacáridos y fundamentalmente agua (hasta en un 95%) donde se forman canales por los que circulan enzimas, nutrientes, agua y residuos.
Las bacterias se comunican entre sí a través de señales químicas pudiendo llegar a actuar como si de un “tejido” se tratasen, por lo que este tipo de asociación cambia el metabolismo y la estructura de las bacterias.
Contrariamente a lo que hasta hace poco se creía, la capacidad para formar el biofilm no parece restringirse a determinados tipos bacterianos, sino que todas las bacterias son capaces de producirlo en condiciones ambientales adecuadas.
El biofilm es uno de los principales factores de riesgo para la calidad microbiológica del agua.
Ante esto, el DIÓXIDO DE CLORO destruye los puentes disulfuro que se forman en el biofilm, eliminándolo y pudiendo actuar así contra las bacterias que se encuentran protegidas en él.
DIXCLOR
Amplio espectro y alto poder biocida
Acción muy selectiva lo que posibilita su uso a dosis muy bajas
Activo en presencia de materia orgánica
Alta eficacia frente a biofilm
Actividad en un amplio rango de pH (4-9)