Claves para el control de ectoparásitos en granjas

Cuidar la salud y el bienestar del ganado es fundamental para una ganadería exitosa. Esta afirmación, para la que existe consenso universal, presenta la complejidad de un puzle, donde una de las piezas clave es el control de los ectoparásitos.

Los ectoparásitos, como insectos y arácnidos, son una fuente importante de estrés para nuestros animales y causantes de múltiples enfermedades de especial relevancia, actuando bien como agentes primarios, bien como vectores de otros microorganismos patógenos como virus, bacterias y protozoos.

Obviamente, esta situación acarrea importantes pérdidas económicas derivadas de las mermas de productividad, especialmente cuando se dan las condiciones idóneas para su desarrollo.

Para evitar estas pérdidas, debemos tener presente las siguientes medidas efectivas para el control de las infestaciones:

1| IDENTIFICACIÓN DEL PROBLEMA

El primer paso es realizar un buen diagnóstico de partida. Esto es crucial para comprender la magnitud del problema, determinar qué ectoparásitos están afectando al ganado y cuáles son los más prevalentes en nuestra zona y, por consiguiente, evaluar el riesgo que pueden ocasionar.

Generalmente, los principales parásitos externos con incidencia significativa en la ganadería son: moscas y mosquitos, pulgas, garrapatas, piojos y ácaros.

Su presencia en las granjas viene determinada por ciertos factores dependientes del:

• Hospedador: véanse la especie y edad animal, los estados de inmunosupresión y/o estrés, entre otros.
• Ambiente: son especialmente determinantes la temperatura y la humedad. Cabe destacar que el cambio climático está contribuyendo a la redistribución geográfica de los ectoparásitos a nivel mundial y a la expansión de ciertas enfermedades infecciosas en la cabaña ganadera. Sirva de ejemplo la enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE).
• Manejo de los animales: influye notablemente el régimen de explotación y las prácticas de higiene. De hecho:
  • En ganaderías extensivas, las principales infestaciones son las producidas por garrapatas, mosquitos, moscas y sus larvas.
  • En ganaderías intensivas, las infestaciones predominantes son las producidas por piojos, ácaros, moscas y mosquitos.

2| CONTROL CON PRODUCTOS ESPECÍFICOS Y EN LA ÉPOCA IDÓNEA

Es fundamental elegir acertadamente los productos diseñados para combatir la plaga diana. Además, es necesario aplicar estos tratamientos en el momento adecuado para maximizar su eficacia.

De esta manera, se identifican varios niveles de actuación:

Control de las formas adultas: la higiene y el uso de productos adulticidas son las principales medidas a tomar.

• En ganadería extensiva el control parasitario es muy complejo, debido a la necesidad de combatir las formas parasitarias de vida libre y los hospedadores intermedios que pudieran existir. Recomendamos usar insecticidas – acaricidas desde el inicio de la primavera hasta finales del otoño, que es cuando sus infestaciones son más intensas.
• En ganadería intensiva la tarea de controlar los ectoparásitos debe seguir líneas de actuación sencillas y efectivas. Recomendamos usar insecticidas – acaricidas durante todo el año, puesto que las infestaciones por piojos y ácaros son más intensas en invierno y las de moscas y mosquitos de primavera a otoño.

A la hora de elegir un producto adulticida, debemos valorar fundamentalmente:

• El efecto que queremos conseguir sobre la plaga diana: inmediato o con cierto retardo, con efecto Knock down y/o Flushing out.
• Su modo de acción: la mayoría actúan a nivel del SNC, pero con diferentes mecanismos que marcan su reversibilidad y especificidad.

Todo ello viene determinado por los ingredientes activos técnicos o IAT de sus formulaciones. Los predominantemente utilizados son organofosforados, neonicotinoides y piretroides, pudiendo presentarse solos y/o combinados, con actividad de contacto y/o ingestión y en diferentes presentaciones.

Nuestros productos adulticidas pertenecientes a la familia INSQUIM se caracterizan por su demostrada eficacia, tecnología innovadora, seguridad y facilidad en su aplicación. Los más interesantes:

• CMP INSECTICIDA CONCENTRADO: insecticida – acaricida bicomponente de amplio espectro.
• EICON: insecticida – acaricida de amplio espectro.
• INSQUIM ALFATRIL POLVO: insecticida – acaricida de amplio espectro para rastreros.
• INSQUIM ALFATRIL FORTE EC: insecticida adulticida – acaricida de amplio espectro, con solventes de bajo impacto ambiental.
• LEXAN MICROCYP SC: insecticida concentrado soluble en formulación microencapsulada de alto rendimiento.
• INSECTICIDA MUSCAMONE ACETAMIPRID 100 SG: insecticida mosquicida en gránulo soluble con feromona de la mosca.
• OLSANO INSECTICIDA – DESINFECTANTE: insecticida – desinfectante en concentrado sinérgico de alta eficacia.

Control de las formas inmaduras: la higiene y el control del estiércol, gallinaza u otras acumulaciones de materia orgánica en las que se crían los ectoparásitos, junto con el uso de ovicidas – larvicidas, son las medidas clave de actuación. En este caso la recomendación sería el uso de inhibidores del desarrollo, de manera preventiva y/o en continuo, ya que el 80% de los individuos se encuentran en fases inmaduras y debemos actuar con anticipación, cortando su ciclo de vida.

Dentro de la familia INSQUIM contamos con un producto de elevada especificidad y efectividad: INSQUIM NO – LARV IGR, inhibidor del crecimiento de las moscas con elevada actividad residual.

Combinar el uso de adulticidas con el de ovicidas – larvicidas, se postula como la práctica con más sentido y eficacia para el control de poblaciones, ya que supone atacar las plagas con varios principios activos dotados de modos de acción diferentes, lo que disminuye el riesgo de que surjan poblaciones resistentes.

Te presento dentro de la familia INSQUIM, uno de nuestros productos más completo y eficaz: INSQUIM ALFATRIL IGR EC, larvicida – insecticida con actividad ovicida.

3| CORRECTA APLICACIÓN DEL PRODUCTO

No sólo hay que cerciorarse de aplicar los productos apropiadamente, siguiendo las dosis y métodos de aplicación recomendados por el fabricante, sino que es de vital importancia saber dónde tenemos que aplicarlos.

En esta línea, se pueden distinguir dos grandes grupos de productos, que a menudo contienen las mismas sustancias activas, pero en formulaciones diferentes según el tipo de aplicación:

• Para el tratamiento directo del ganado, catalogados como medicamentos, repelentes, etc.
• Para el tratamiento del entorno, es decir, productos para la aplicación en superficies, sobre el estiércol, cama, etc. donde su efecto residual será especialmente relevante. Para el control de los ectoparásitos que abundan simplemente donde hay suciedad y sólo ocasionalmente pasan tiempo sobre los animales, no tiene sentido y es poco eficaz tratar directamente al ganado. Lo que está indicado es el control ambiental mediante tratamientos del entorno, pues al pasar poco tiempo sobre los animales, sólo una pequeña parte de la población se vería expuesta al producto y la exposición sería de breve duración, a menudo insuficiente para ser letal.

Atención, un producto formulado para el tratamiento de superficies y no autorizado para el uso directo sobre el ganado no debe usarse para tratar directamente animales, aunque contenga la misma sustancia activa, es muy probable que los coformulantes sean diferentes y que el ganado no lo tolere.

En conclusión, debemos ser conscientes que realizar un adecuado control de ectoparásitos en ganadería implica realizar un control integral combinando buenas prácticas de higiene y manejo (adecuada gestión del estiércol, gallinaza, restos de pienso, etc.), métodos físicos (trampas, mosquiteras, etc.) y métodos químicos (ovicidas – larvicidas y adulticidas).

Establecer protocolos de actuación personalizados, como una rutina más en nuestras granjas, se impone como la práctica más realista y eficiente para cuidar la salud y bienestar de nuestros animales.

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